Costa Rica está considerada como uno de los países más progresistas y políticamente estables de América Latina. Este territorio ha sido una república presidencialista democrática desde la década de 1950. En términos económicos, Costa Rica ha evolucionado muy positivamente durante un largo periodo de tiempo y también se considera un modelo a seguir en Centroamérica en cuanto a la protección climática y del medio ambiente; el país se ha propuesto la neutralidad climática como meta para el año 2050.
A pesar del crecimiento económico general, las oportunidades educativas, los ingresos y la riqueza se siguen distribuyendo de manera muy desigual. La pobreza, la falta de perspectivas y el desempleo juvenil son problemas acuciantes, especialmente en los barrios periféricos de San José, que son cada vez más numerosos. Alrededor de la mitad de la población menor de 35 años no cuenta con un título de bachiller ni con una calificación profesional (Fuente: OCDE). Desde hace algunos años, esta situación se ve agravada por el constante aumento del número de inmigrantes y refugiados, procedentes especialmente de Nicaragua. Muchas de estas personas llegan al país sin educación y la mayoría de ellas viven en condiciones precarias.